Praga, Alemania, Viena y Budapest son consideradas las ciudades imperiales de Europa. Pasear por sus calles, conocer sus costumbres y hablar con sus gentes es, sin duda, una experiencia de esas que cambian la vida por toda la historia que tienen.

Viena es el eje central de la capital austriaca y es un lugar extraordinario, lleno de vida donde se alzan los edificios más emblemáticos de la ciudad como: el parlamento, la universidad, el ayuntamiento, el teatro nacional y el palacio mejor conocido como el Versalles vienés, que ha sido escenario de multitud de documentales y películas. En él habitaron personajes tan relevantes como María Teresa, Sissi o Napoleón.

Budapest por su parte mantiene su aire medieval gracias a sus calles empedradas, el Bastión de los pescadores y el castillo. Dar un paseo en barco por la noche por el río Danubio es una experiencia única que no te querrás perder.

Alemania es un país que ofrece diferentes experiencias para satisfacer a cada turista, pues tiene hermosos paisajes, una hermosa arquitectura y una vibrante vida nocturna y finalmente Praga es una de las capitales europeas más majestuosas y ricas en historia. Basta por caminar por sus calles para comprobar que su esencia perdura inmutable con el transcurso de los años gracias a su cuidadas torres, monasterios, iglesias, palacios góticos y barrocos, casas modernistas, museos y cervecerías centenarias.